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¿Te imaginas fusionar la rumba catalana con el sabor cubano? Esa es la magia que logran Sabor de Gracia y Lucrecia en «Una Lágrima Cayó en la Arena», una canción que te transporta directamente a una noche de verano frente al mar. Pero detrás de esta colaboración llena de ritmo y alegría, hay dos trayectorias artísticas fascinantes que vale la pena descubrir. Prepárate para conocer los secretos de estos artistas que han sabido conquistar corazones con su música.
Sabor de Gracia, liderado por el carismático Sicus Carbonell, nace en Barcelona en la década de los 90, rescatando la esencia de la rumba catalana. Desde pequeños, sus miembros crecieron escuchando a Peret y Gato Pérez, referentes indiscutibles del género. La calle fue su mejor escuela, donde aprendieron a tocar la guitarra, el cajón y a improvisar letras llenas de sentimiento y crítica social. Su estilo inconfundible los llevó a recorrer escenarios de todo el mundo, llevando el ritmo de la rumba catalana a cada rincón.
Lucrecia Pérez Sáez, por su parte, es una cubana de pura cepa nacida en La Habana. Desde muy joven demostró su talento para la música, graduándose en piano en el Instituto Superior de Arte de Cuba. Su voz, llena de matices y sabor caribeño, la llevó a trabajar con grandes artistas de la isla antes de dar el salto a España. Aquí, Lucrecia se consolidó como una figura imprescindible de la música latina, combinando su faceta como cantante con la de escritora y presentadora de televisión.
Y precisamente hablando de su evolución artística, no te pierdas su último videoclip que acabamos de estrenar:
Como puedes ver, «Una Lágrima Cayó en la Arena» es mucho más que una canción; es una celebración de la vida y de la música. Pero volvamos a su historia…
Para Sabor de Gracia, uno de los momentos clave fue la publicación de su primer disco, «Tossudament Rumberu», que los catapultó a la fama y les permitió llevar su música a un público más amplio. Otro hito importante fue su colaboración con Peret, un sueño hecho realidad para Sicus Carbonell, quien siempre lo consideró su maestro y mentor. Estos momentos consolidaron su lugar en la historia de la rumba catalana y les abrieron las puertas a nuevas oportunidades.
Lucrecia, por su parte, recuerda con especial cariño su llegada a España, un país que la acogió con los brazos abiertos y le brindó la oportunidad de desarrollar su carrera artística. Su participación en programas de televisión como «El Club Megatrix» la convirtió en un rostro familiar para el público infantil, mientras que sus discos la consagraron como una de las voces más importantes de la música latina en España. Su versatilidad y carisma la han llevado a explorar diferentes facetas artísticas, demostrando que su talento no tiene límites.
¿Sabías que Sicus Carbonell es un apasionado coleccionista de vinilos antiguos? Su colección cuenta con verdaderas joyas de la rumba catalana y otros géneros musicales. Además, le encanta cocinar paella para sus amigos y familiares, mostrando su lado más hogareño y cercano. Pocos saben que en realidad el primer instrumento que aprendió a tocar fue la batería, aunque luego se decantó por la guitarra flamenca, un instrumento esencial en la rumba catalana.
Lucrecia, además de su faceta musical, es una talentosa escritora. Ha publicado varios libros infantiles que promueven la diversidad cultural y el respeto por los demás. Le encanta pasar tiempo con su familia y disfrutar de la naturaleza. Su mayor debilidad son los dulces, especialmente el chocolate, y siempre tiene a mano una tableta para darse un capricho. El secreto mejor guardado es su pasión por la pintura. En sus ratos libres, Lucrecia crea coloridas obras de arte que reflejan su espíritu alegre y optimista.
Actualmente, Sabor de Gracia continúa llevando su rumba por todo el mundo, celebrando más de 25 años de trayectoria musical. Están trabajando en un nuevo disco que promete sorprender a sus fans con nuevas sonoridades y colaboraciones. Sicus Carbonell sigue siendo el alma del grupo, transmitiendo su pasión por la rumba catalana a las nuevas generaciones. Su música sigue siendo un reflejo de la vida en las calles de Barcelona, llena de alegría, sentimiento y crítica social.
Lucrecia sigue explorando nuevos caminos en la música, fusionando diferentes géneros y culturas. Su voz sigue siendo un símbolo de alegría y optimismo, transmitiendo un mensaje de esperanza y unidad. Próximamente la veremos en nuevos proyectos televisivos y musicales que seguirán sorprendiendo a su público. Su energía inagotable y su talento innato la convierten en una artista imprescindible en el panorama musical actual.
Sabor de Gracia y Lucrecia, dos artistas que han sabido unir sus mundos en «Una Lágrima Cayó en la Arena», una canción que te invita a bailar y a disfrutar de la vida. Su música es un reflejo de su personalidad: auténtica, apasionada y llena de sabor. No pierdas de vista a estos artistas que siguen conquistando corazones con su talento y su carisma.
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