AMOR FM AMOR
Maná, la banda que conquistó nuestros corazones con himnos de amor y desamor, tiene una historia que va más allá de los escenarios. ¿Sabías que antes de ser la leyenda que conocemos, lucharon contra viento y marea para encontrar su sonido? Descubre cómo un grupo de amigos de Guadalajara se convirtió en un fenómeno musical que sigue sonando en cada rincón del planeta, y por qué «Oye Mi Amor» es mucho más que una canción.
La historia de Maná comienza en la vibrante Guadalajara, México, donde Fher Olvera y los hermanos Calleros (Juan, Ulises y Abraham) se unieron para formar un grupo llamado «Sombrero Verde». Imagínate la escena: jóvenes con sueños, guitarras desgastadas y la pasión por el rock corriendo por sus venas. Su primer disco, homónimo, era una mezcla de influencias que iban desde The Police hasta el rock latino emergente. Aunque no alcanzó la fama instantánea, sentó las bases para lo que vendría. Un momento clave fue cuando Alex González, un baterista con una energía arrolladora, se unió al grupo. Su talento y visión ayudaron a definir el sonido que pronto los catapultaría al estrellato. Pero el camino no fue fácil, tuvieron que enfrentar rechazos y reinventarse antes de encontrar la fórmula mágica.
Y precisamente hablando de su evolución artística, no te pierdas el videoclip de «Oye Mi Amor», un tema que marcó un antes y un después en su carrera:
Como puedes ver, la energía de Maná en el escenario es contagiosa. Pero volvamos a su historia…
El cambio de nombre a «Maná» fue un punto de inflexión. Dejaban atrás una etapa y abrazaban una nueva identidad, más madura y ambiciosa. Su disco «¿Dónde Jugarán los Niños?» (1992) fue un tsunami musical. Canciones como «De Pies a Cabeza» y, por supuesto, «Oye Mi Amor» se convirtieron en himnos generacionales. La crítica los aclamaba, el público los amaba y los premios empezaron a llover. Sin embargo, la salida de algunos miembros originales representó un golpe duro. Pero lejos de desanimarse, Maná se reinventó con nuevas incorporaciones y un sonido renovado. Esta capacidad de adaptación es, sin duda, una de las claves de su longevidad.
Pocos saben que Fher Olvera, la voz inconfundible de Maná, es un apasionado defensor del medio ambiente. A través de su fundación «Selva Negra», la banda ha apoyado proyectos de conservación en todo el mundo. Además, Alex González, el baterista, es un fanático de los autos clásicos y tiene una impresionante colección. ¿Otro dato curioso? La inspiración para muchas de sus canciones de amor proviene de experiencias personales y reflexiones sobre las relaciones humanas. Incluso tienen rituales antes de subir al escenario. Se toman de las manos, se dan ánimos y se prometen darlo todo por su público.
Hoy en día, Maná sigue llenando estadios y conquistando corazones con su música. Continúan evolucionando, experimentando con nuevos sonidos y colaborando con artistas de diferentes géneros. Están trabajando en nueva música, siempre con la misma pasión y entrega que los caracterizó desde sus inicios. Su mensaje sigue siendo el mismo: amor, esperanza y conciencia social. Maná nos invita a reflexionar sobre el mundo que nos rodea y a luchar por un futuro mejor.
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