AMOR FM AMOR
Niña Pastori, esa voz que te acaricia el alma con sabor a flamenco, no siempre imaginó llenar estadios. De hecho, su verdadero nombre es María Rosa García García, y antes de brillar en los escenarios, soñaba con ser peluquera. ¿Te lo imaginas? Pero la sangre gitana y el don de su voz la llamaban, y hoy, es una de las artistas más queridas de nuestra emisora. Descubre la historia de una niña que, desde San Fernando, Cádiz, le cantó al mundo desde la azotea de su corazón.
Criada en un ambiente flamenco, rodeada de arte y tradición, el destino de Niña Pastori estaba escrito en las estrellas. Su madre, Pastora María Alía, fue su principal maestra y guía. Desde muy pequeña, María Rosa acompañaba a su madre a las ferias y tablaos, absorbiendo la esencia del cante jondo. A los 8 años ya cantaba en público, y a los 12, con el nombre artístico de Niña Pastori, grabó su primer disco. Un álbum que, aunque no tuvo un gran éxito comercial, sentó las bases de lo que estaba por venir. Imagina la emoción de esa niña, grabando en un estudio, soñando con llevar su arte a cada rincón.
Y precisamente hablando de su evolución artística, no te pierdas su último videoclip que acabamos de estrenar:
Como puedes ver, la fuerza y la pasión de Niña Pastori siguen intactas. Pero volvamos a su historia…
El verdadero boom llegó en 1998 con su álbum «Entre dos puertos». Un disco que fusionaba flamenco con otros estilos musicales, acercándola a un público más amplio. A partir de ahí, la carrera de Niña Pastori fue imparable. Giras internacionales, colaboraciones con artistas de la talla de Alejandro Sanz, Sara Baras y Joan Manuel Serrat, y numerosos premios, incluyendo varios Grammy Latinos. Pero, más allá de los reconocimientos, lo que realmente define a Niña Pastori es su capacidad para emocionar y conectar con el público. Una conexión que se siente en cada una de sus canciones.
Pocos saben que, además de su pasión por la música, Niña Pastori es una gran aficionada al deporte, especialmente al fútbol. De hecho, es una ferviente seguidora del Real Madrid. Y aunque su agenda está siempre a tope, nunca olvida sus raíces. Siempre que puede, vuelve a San Fernando para pasar tiempo con su familia y amigos. Porque, a pesar de la fama y el éxito, Niña Pastori sigue siendo aquella niña que cantaba desde la azotea, con el mismo corazón y la misma pasión.
Hoy, Niña Pastori sigue reinventándose, explorando nuevos sonidos y colaborando con artistas jóvenes. Su música sigue siendo un reflejo de su alma, una mezcla de fuerza, pasión y sentimiento. Y lo mejor de todo es que, después de tantos años de carrera, sigue emocionándose como la primera vez. Así es Niña Pastori, una artista auténtica, una voz inconfundible, una mujer que nos ha conquistado desde la azotea de su corazón. No te pierdas sus próximos conciertos y mantente atento a sus redes sociales, porque seguro que nos tiene preparadas muchas sorpresas.
Escrito por admin
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